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SU PEDIDO

Cuidado de tus joyas

Debemos conservar nuestras joyas tanto de plata como de oro en su estuche original para evitar que se rayen, ensucien o se deterioren.

Debemos limpiar las joyas frecuentemente, ya que casi todos los problemas aparecen cuando las joyas no se limpia debidamente. La suciedad, las bacterias, la grasa o el empañado que se acumula en nuestras joyas deterioran la calidad de las mismas, por lo que es recomendable que se limpien regularmente.
Para limpiarlas usaremos una pequeña cantidad de jabón neutro en agua templada y la frotaremos con un cepillo suave. Los cepillos de dientes son ideales para la limpieza de las joyas. Si la pieza estuviera demasiado sucia, la dejaremos en remojo 15 minutos. Después, aclarar las joyas con agua limpia y secar con un paño limpio y suave. Otra opción, y desde nuestro punto de vista, la mejor recomendación para conservar tus joyas adecuadamente, es utilizar nuestro limpiador de oro y plata. En él puedes encontrar las instrucciones de como utilizarlo, es muy sencillo, solo tienes que introducir en el tarro la joya a limpiar durante 30 segundos, sacarla, enguagarla con agua limpia y abundante, y secar con un trapo de algodón. Listo, quedan como nuevas!

La plata se vuelve intensamente negra al contacto con ácido nítrico. Para evitarlo, debemos quitarnos nuestras joyas de plata antes de manipular materiales químicos para evitar la decoloración de la piel. Especialmente los antibióticos, pueden causar ennegrecimiento de la plata. En algunos raros casos, cuando tomamos antibióticos, el cuerpo reacciona al contacto con el oro y la plata y causa el ennegrecimiento de las joyas. La exposición de las joyas al caucho puede ocasionar decoloración y manchas en la piel. Para evitarlo, no exponer las joyas al contacto con correas o pulseras de caucho, ni guardarlas en cajas hechas de este material.

Las joyas de plata tienen tendencia a deslustrarse (el empañado es una forma de corrosión leve). El empañado puede oscurecer la plata e incluso manchar la piel o la ropa.

El empañado se produce por el contacto con sulfuros y la principal causa del empañado de la plata es la presencia y contacto de trazas de sulfato de hidrógeno en forma de gas presentes en el aire. Este gas está particularmente presente en el humo del consumo de combustible, en algunos alimentos como la cebolla y los huevos y en algunos pescados y moluscos, así como en el aire contaminado por la polución. El contacto con perfumes, cremas corporales, productos para el pelo, aire salado, cloro y el PH de la piel puede acelerar el proceso de empañado. Para evitar la decoloración causada por el empañado, debes pulir y limpiar tus joyas regularmente con un paño de pulir plata.

Las joyas en verano necesitan cuidarse de manera especial ya que suele hacerse un uso indebido de ellas y por eso pueden desmerecerse mucho en esta época del año, especialmente durante las vacaciones.
Nunca debes bañarte en la playa o piscina con las joyas puestas ya que tanto el cloro de la piscina como el salitre del mar pueden ocasionar serios daños a las joyas, sobre todo a pulseras de cuero, que se pueden decolorar y agrietar, y cualquier pieza que incluya un material que no se pueda mojar, como las perlas o el esmalte.


En el spa o balneario, nada de joyas. Se ha comprobado que los componentes del agua preparada para spas y balnearios son muy perjudiciales para la joyería, ya que altera seriamente su brillo y color, además del correspondiente peligro de pérdida de las piedras engastadas (por el movimiento y la fuerza del agua) e incluso de la joya completa, que se nos puede salir sin darnos cuenta.

Nunca debes aplicarte el protector solar con las joyas puestas. Si vas a darte cualquier tipo de crema o aceite debes quitarte tus joyas primero y volverlas a poner solo después de haber echado estas cremas y aceites sobre la piel, y mejor si esperas unos minutos a que se sequen un poco y la piel deje de estar untosa.

Ante una jornada de calor intenso o de actividad física, es recomendable no llevarlas puestas ya que el sudor de nuestra piel afecta negativamente a las joyas, que pueden oxidarse con mayor rapidez e incluso comenzar a ennegrecer al poco tiempo de estar en contacto con el sudor.


La clave para mantener el cuero limpio es entender que se trata de un producto natural y orgánico, como lo son también las perlas. El agua y los limpiadores se filtran entre las fibras y los aceites naturales del material se ven afectados, por lo que el cuero se endurece y agrieta. Los acondicionadores de cuero profesionales son una manera de mejorar la vida útil de la piel, porque son resistentes al agua y la humedad. La limpieza del cuero se debe hacer con cuidado, a mano. Se recomienda utilizar un limpiador suave profesional (sin productos químicos). También puedes limpiar el cuero con un jabón neutro. Presta atención al cuero de color, ya que puede dejar manchas y la luz solar directa puede decolorar la piel.


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